El Señor es mi escudo y mi protección
Dios promete protección, pero siempre que se cumpla con el siguiente requisito: solo la obtendrán quienes se acerquen a él
Aun cuando la vida suele parecernos ordinaria en todos los sentidos, la presencia sobrenatural de Dios está con nosotros. En las buenas y en las malas.
La protección del Señor es parte de la gracia común que Él, en su soberanía y potestad, ofrece a todos, mucho más a los que confían en la más pura manifestación de esta gracia, que es Cristo Jesús
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