lunes, 11 de julio de 2016

reflexión



                                                    MUJER VIRTUOSA


Dice la Biblia que el valor de una mujer virtuosa es mucho mayor que el de las piedras preciosas  (fíjese que no habla de una piedra en singular, sino el de las piedras preciosas, en plural)  o sea muchas piedras preciosas juntas.
La mujer virtuosa es trabajadora y no ociosa; se esfuerza físicamente; es emprendedora en los negocios; aporta a su hogar por medio de sus ventas y trabajo físico; anda en paz y confiada; sabe tomar decisiones; es una muy buena administradora, supervisora y planificadora; es sagaz, bondadosa, consciente de los demás, honorable, femenina, tiene el respeto y amor de su esposo e hijos, entre muchas otras cualidades.
Nuestra pregunta, entonces, debería ser esta: “¿Cómo puedo permitir que estas virtudes, que en realidad son virtudes de Cristo, sean reflejadas en mí?” Esas virtudes de Cristo solo se reflejarán en nosotras cuando tengamos una relación con nuestro Señor. En realidad, por nuestras propias fuerzas no llegaremos a tener virtudes. Solo nuestro Señor nos las puede dar. Comencemos entonces a orar a nuestro Señor y pidamosle que nos limpie, que nos cambie y transforme para reflejar a nuestro Señor Jesús. La oración nos producirá la relación necesaria para llegar a tener temor a Dios, a respetarlo y amarlo a tal nivel que desearemos enfocarnos en su Hijo Jesús y reflejar sus virtudes en nosotras. ¡Gloria a Dios por Cristo Jesús, nuestro perfecto modelo de virtud!